El viernes 6 de marzo a las 20 horas en la librería presentó su libro Chema Lera, acompañado por Antonio García Omedes, quien ya había presentado igualmente el libro en Zaragoza hace unos días. Este Bestiario ilustrado de Aragón acaba de ser publicado por Prames.
Desde este día se puede contemplar en la sala de exposiciones una selección de los originales de las ilustraciones del libro hasta el 14 de marzo.
Desde este día se puede contemplar en la sala de exposiciones una selección de los originales de las ilustraciones del libro hasta el 14 de marzo.
Aquí va el enlace al artículo de Myriam Martínez que publica el Diario del Altoaragón el día 7 de marzo de 2009: http://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=559246
Por si acaso se pierde el enlace, copiamos aquí el artículo:
Chema Lera: "He aprendido a valorar la belleza de lo diferente"
Ayer presentó en Huesca su nuevo "Bestiario"
Myriam MARTÍNEZ07/03/2009
HUESCA.- Siempre le han gustado las leyendas y los seres fantásticos. Supone que esa afición tiene que ver con los cuentos que le relataba una mujer que le crió en Jasa o con las narraciones que escuchaba de su abuelo. Su tía Maruja sabía un sinfín de historias de santos y mártires y le llamaba la atención que en su casa encendieran una vela los días de tormenta.
A José María Gutiérrez Lera, "Chema Lera", siempre le han cautivado los fenómenos que no tienen explicación. Todo este mundo mitológico que le fascina ha desembocado en el libro "Bestiario ilustrado de Aragón, seres fantásticos", recientemente editado por Prames y que ayer presentó en la Librería Anónima de Huesca, acompañado por Antonio García Omedes.
Se trata de un libro más visual que su obra anterior, "Breve inventario de seres mitológicos, fantásticos y misteriosos de Aragón" (Editorial Prames), pero también está conectado con las leyendas populares de esta Comunidad que con tanto entusiasmo narra el autor.
El interés de Chema Lera por estos seres obedece a su capacidad intacta para sorprenderse y la inquietud vital de un hombre que no puede vivir en el mundo sin cuestionarse lo que sucede a su alrededor. "Siempre me he preguntado si, cuando los abuelos contaban a sus nietos leyendas de gigantes o brujas, en los sueños infantiles las imágenes de esos seres podrían ser las que aparecen en las iglesias, como el dragón de San Pedro el Viejo", plantea.
Además, el escritor e ilustrador oscense se dio cuenta de que apreciar su presencia en las iglesias no era tan sencillo. Unas veces porque era tal la maraña de inscripciones, otras porque la piedra estaba prácticamente destrozada, hasta cuatro veces tuvo que visitar algunos templos para ser consciente de la imagen que estaba contemplando en un capitel.
Ávido de curiosidad, cualidad innata en él, Chema Lera, acompañado casi siempre por su mujer y sus dos hijos, y por una imprescindible libreta en la que toma notas de cuantos detalles llaman su atención, se lanzó a buscar la conexión entre los dragones y los sueños infantiles, entre las sirenas y la esencia popular de los pueblos, entre los faunos y el misterio que rodea a los lugares más solitarios y apartados.
Llegó el momento de dar forma al libro. Había recogido mucha documentación y era cuestión de ordenarla. Se centró, sobre todo, en la relativa a los seres de la mitología grecolatina, que son los que más se han trasladado después a las iglesias. "En la Edad Media, los bestiarios surgían así para explicar las bondades y maldades del ser humano: el centauro era bueno o malo, según lo interpretaran; las arpías eran malísimas y se atribuyeron para descalificar a la mujer, y eso que las arpías esculpidas en Aragón son machos, con barba y todo", señala Lera.
En sus múltiples libretas, Chema Lera toma apuntes de lo que se puede ver, los reinterpreta y les da color y forma. "Es muy difícil saber qué tenía en la cabeza el escultor cuando esculpía. No hay documentación al respecto; podemos intuirlo, pero nada más". Por eso, opta por jugar con la imaginación. Intenta que su recreación se parezca a ese primer estilo, pero, al mismo tiempo, procura mantener un poco las distancias, y recurre a los tonos originales, principalmente ocres, negros, verdes, rojos y azules. "El blanco era bastante escaso, aunque se solía dar una capa de cal antes de pintar al temple".
En la Edad Media, unos monjes escribían y otros ilustraban. Natalio Bayo imagina en el prólogo a Chema Lera como uno de ellos, capaz de darse el gustazo de hacer las dos cosas a la vez. Cada imagen va acompañada de su explicación y de su interpretación de la realidad, engarzadas con las leyendas populares aragonesas, cuando las hay. Y así, nos transporta al mundo de las fadas, de las donas d"aigua y de nuestras mulleres d"augua, que se peinaban los cabellos igual que las sirenas. O nos sitúa ante un fauno o ante Silvano, formaciones con apariencia de caprino, que posiblemente representaban al diablo. "Las sirenas no eran peces, eran aves, como las arpías –aclara-. Eran muy difíciles de distinguir de las arpías, que eran aves con rostro humano. Las sirenas también lo eran al principio, pero después la literatura las convirtió en sirenas peces, posiblemente porque eran aves que vivían en el agua. Las arpías, sin embargo, las describen con cola de serpiente y en Aragón encontramos muchas, sobre todo las que hizo el maestro de Agüero".
El libro se acota a los seres encontrados en las iglesias románicas y algo de gótico tardío, y prácticamente todo el románico esculpido en piedra se localiza en la provincia de Huesca y en las Cinco Villas, amén de algunos reductos en Teruel.
De entre todos estos seres fantásticos, Chema Lera se queda con los dragones, que configuran un mundo muy variado, y, de ellos, con los de Agüero y con los que talló el mismo maestro en San Juan de la Peña. "Parecen dragones chinos y estoy convencido de que el maestro de Agüero no sabía cómo eran".
El ilustrador menciona también la sirena de Loarre. "Me volví loco, porque está muy alta y es muy difícil de ver por los claroscuros. Antonio García Omedes me dejó unas fotos muy buenas y gracias a eso pude descubrirla. Es muy curiosa, porque aparece rodeada de tres peces, cuando normalmente aparecen junto a dos o sujetando dos colas. ¡Y cómo están talladas las trenzas!. Son preciosas. El pelo es de una delicadeza que hasta para dibujarlo cuesta".
Chema Lera, que al hablar de su nueva publicación no escatima elogios a García Omedes y Natalio Bayo, dedica el libro a la memoria de su madre, a su mujer, Isa, y sus hijos, Isamar y José, y a su bestiario particular de gatos y gatas, un animal por el que siente especial predilección.
Chema Lera reconoce no ser un experto en la historia del arte y asegura que no ha tratado de realizar un tratado sobre simbología románica. "Sólo soy un ilustrador que va por ahí con su libreta de apuntes y hace dibujos de lo que ve y de lo que se imagina". Pero lo cierto es que el "Bestiario" es mucho más. Es un libro que capaz de reconectar al ser humano con un mundo fantástico común al de nuestros ancestros.
El fotógrafo y especialista en románico Antonio García Omedes (www.romanicoaragones.com) presentó el trabajo de Chema Lera en el acto celebrado ayer en la Librería Anónima y recorrió mediante unas diapositivas algunos de los lugares más fantásticos que ha descubierto a lo largo de sus viajes, como el dragón que es el río que serpentea por el valle de Aguas Tuertas; el Turbón, monte mágico por definición, o el puntón de las brujas de Tella, sin olvidar Loarre, la niña de sus ojos. García Omedes elogió el libro de Lera, tras recordar otros trabajos encaminados en la misma línea como el de Natalio Bayo y el de Óscar Sipán y Óscar Sanmartín, y destacó la frescura que ha sabido darle el autor.
Chema Lera cerró el acto reflexionando sobre las sensaciones que tenía. "He aprendido a valorar la belleza de lo diferente -indico-. Todo es diferente, pero hay que saber encontrarlo. Hay que dejar de hablar de los seres diferentes como monstruos. Los seres diferentes son, sois, fantásticos y especiales".Chema Lera nació en Huesca, aunque pasó sus primeros seis años de infancia en Jasa. Se estableció después en Grañén, Pamplona, Bilbao y Zaragoza, localidad en la que reside actualmente, aunque cada vez son más frecuentes sus estancias en su casa de Quinzano.
Periodista de profesión, trabaja en el servicio de Documentación del Gobierno aragonés y presenta el programa "Aragón Misterioso" en Aragón TV, aunque su gran pasión es el dibujo.
Autor de ilustraciones de varios libros y carteles, folletos, cubiertas de cedés y hasta camisetas, recientemente ha publicado la tercera reedición de su "Breve inventario de seres mitológicos, fantásticos y misteriosos de Aragón", tras agotarse los 4.000 ejemplares que salieron a la venta.
Chema Lera: "He aprendido a valorar la belleza de lo diferente"
Ayer presentó en Huesca su nuevo "Bestiario"
Myriam MARTÍNEZ07/03/2009
HUESCA.- Siempre le han gustado las leyendas y los seres fantásticos. Supone que esa afición tiene que ver con los cuentos que le relataba una mujer que le crió en Jasa o con las narraciones que escuchaba de su abuelo. Su tía Maruja sabía un sinfín de historias de santos y mártires y le llamaba la atención que en su casa encendieran una vela los días de tormenta.
A José María Gutiérrez Lera, "Chema Lera", siempre le han cautivado los fenómenos que no tienen explicación. Todo este mundo mitológico que le fascina ha desembocado en el libro "Bestiario ilustrado de Aragón, seres fantásticos", recientemente editado por Prames y que ayer presentó en la Librería Anónima de Huesca, acompañado por Antonio García Omedes.
Se trata de un libro más visual que su obra anterior, "Breve inventario de seres mitológicos, fantásticos y misteriosos de Aragón" (Editorial Prames), pero también está conectado con las leyendas populares de esta Comunidad que con tanto entusiasmo narra el autor.
El interés de Chema Lera por estos seres obedece a su capacidad intacta para sorprenderse y la inquietud vital de un hombre que no puede vivir en el mundo sin cuestionarse lo que sucede a su alrededor. "Siempre me he preguntado si, cuando los abuelos contaban a sus nietos leyendas de gigantes o brujas, en los sueños infantiles las imágenes de esos seres podrían ser las que aparecen en las iglesias, como el dragón de San Pedro el Viejo", plantea.
Además, el escritor e ilustrador oscense se dio cuenta de que apreciar su presencia en las iglesias no era tan sencillo. Unas veces porque era tal la maraña de inscripciones, otras porque la piedra estaba prácticamente destrozada, hasta cuatro veces tuvo que visitar algunos templos para ser consciente de la imagen que estaba contemplando en un capitel.
Ávido de curiosidad, cualidad innata en él, Chema Lera, acompañado casi siempre por su mujer y sus dos hijos, y por una imprescindible libreta en la que toma notas de cuantos detalles llaman su atención, se lanzó a buscar la conexión entre los dragones y los sueños infantiles, entre las sirenas y la esencia popular de los pueblos, entre los faunos y el misterio que rodea a los lugares más solitarios y apartados.
Llegó el momento de dar forma al libro. Había recogido mucha documentación y era cuestión de ordenarla. Se centró, sobre todo, en la relativa a los seres de la mitología grecolatina, que son los que más se han trasladado después a las iglesias. "En la Edad Media, los bestiarios surgían así para explicar las bondades y maldades del ser humano: el centauro era bueno o malo, según lo interpretaran; las arpías eran malísimas y se atribuyeron para descalificar a la mujer, y eso que las arpías esculpidas en Aragón son machos, con barba y todo", señala Lera.
En sus múltiples libretas, Chema Lera toma apuntes de lo que se puede ver, los reinterpreta y les da color y forma. "Es muy difícil saber qué tenía en la cabeza el escultor cuando esculpía. No hay documentación al respecto; podemos intuirlo, pero nada más". Por eso, opta por jugar con la imaginación. Intenta que su recreación se parezca a ese primer estilo, pero, al mismo tiempo, procura mantener un poco las distancias, y recurre a los tonos originales, principalmente ocres, negros, verdes, rojos y azules. "El blanco era bastante escaso, aunque se solía dar una capa de cal antes de pintar al temple".
En la Edad Media, unos monjes escribían y otros ilustraban. Natalio Bayo imagina en el prólogo a Chema Lera como uno de ellos, capaz de darse el gustazo de hacer las dos cosas a la vez. Cada imagen va acompañada de su explicación y de su interpretación de la realidad, engarzadas con las leyendas populares aragonesas, cuando las hay. Y así, nos transporta al mundo de las fadas, de las donas d"aigua y de nuestras mulleres d"augua, que se peinaban los cabellos igual que las sirenas. O nos sitúa ante un fauno o ante Silvano, formaciones con apariencia de caprino, que posiblemente representaban al diablo. "Las sirenas no eran peces, eran aves, como las arpías –aclara-. Eran muy difíciles de distinguir de las arpías, que eran aves con rostro humano. Las sirenas también lo eran al principio, pero después la literatura las convirtió en sirenas peces, posiblemente porque eran aves que vivían en el agua. Las arpías, sin embargo, las describen con cola de serpiente y en Aragón encontramos muchas, sobre todo las que hizo el maestro de Agüero".
El libro se acota a los seres encontrados en las iglesias románicas y algo de gótico tardío, y prácticamente todo el románico esculpido en piedra se localiza en la provincia de Huesca y en las Cinco Villas, amén de algunos reductos en Teruel.
De entre todos estos seres fantásticos, Chema Lera se queda con los dragones, que configuran un mundo muy variado, y, de ellos, con los de Agüero y con los que talló el mismo maestro en San Juan de la Peña. "Parecen dragones chinos y estoy convencido de que el maestro de Agüero no sabía cómo eran".
El ilustrador menciona también la sirena de Loarre. "Me volví loco, porque está muy alta y es muy difícil de ver por los claroscuros. Antonio García Omedes me dejó unas fotos muy buenas y gracias a eso pude descubrirla. Es muy curiosa, porque aparece rodeada de tres peces, cuando normalmente aparecen junto a dos o sujetando dos colas. ¡Y cómo están talladas las trenzas!. Son preciosas. El pelo es de una delicadeza que hasta para dibujarlo cuesta".
Chema Lera, que al hablar de su nueva publicación no escatima elogios a García Omedes y Natalio Bayo, dedica el libro a la memoria de su madre, a su mujer, Isa, y sus hijos, Isamar y José, y a su bestiario particular de gatos y gatas, un animal por el que siente especial predilección.
Chema Lera reconoce no ser un experto en la historia del arte y asegura que no ha tratado de realizar un tratado sobre simbología románica. "Sólo soy un ilustrador que va por ahí con su libreta de apuntes y hace dibujos de lo que ve y de lo que se imagina". Pero lo cierto es que el "Bestiario" es mucho más. Es un libro que capaz de reconectar al ser humano con un mundo fantástico común al de nuestros ancestros.
El fotógrafo y especialista en románico Antonio García Omedes (www.romanicoaragones.com) presentó el trabajo de Chema Lera en el acto celebrado ayer en la Librería Anónima y recorrió mediante unas diapositivas algunos de los lugares más fantásticos que ha descubierto a lo largo de sus viajes, como el dragón que es el río que serpentea por el valle de Aguas Tuertas; el Turbón, monte mágico por definición, o el puntón de las brujas de Tella, sin olvidar Loarre, la niña de sus ojos. García Omedes elogió el libro de Lera, tras recordar otros trabajos encaminados en la misma línea como el de Natalio Bayo y el de Óscar Sipán y Óscar Sanmartín, y destacó la frescura que ha sabido darle el autor.
Chema Lera cerró el acto reflexionando sobre las sensaciones que tenía. "He aprendido a valorar la belleza de lo diferente -indico-. Todo es diferente, pero hay que saber encontrarlo. Hay que dejar de hablar de los seres diferentes como monstruos. Los seres diferentes son, sois, fantásticos y especiales".Chema Lera nació en Huesca, aunque pasó sus primeros seis años de infancia en Jasa. Se estableció después en Grañén, Pamplona, Bilbao y Zaragoza, localidad en la que reside actualmente, aunque cada vez son más frecuentes sus estancias en su casa de Quinzano.
Periodista de profesión, trabaja en el servicio de Documentación del Gobierno aragonés y presenta el programa "Aragón Misterioso" en Aragón TV, aunque su gran pasión es el dibujo.
Autor de ilustraciones de varios libros y carteles, folletos, cubiertas de cedés y hasta camisetas, recientemente ha publicado la tercera reedición de su "Breve inventario de seres mitológicos, fantásticos y misteriosos de Aragón", tras agotarse los 4.000 ejemplares que salieron a la venta.
1 comentario:
estuvo muy bien, tanto chema lera como Antonio García Omedes, muy interesante, si alguna vez repiten no os los perdáis..
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